El huerto del fraile
El jugo del limón es muy bueno para el hígado

El limonero (lat., Citrus limonium) fue descrito así por los antiguos frailes: «es un árbol muy parecido al naranjo que hace un fruto de forma oval de un color amarillo claro cuando está maduro, y contiene un jugo agrio» siendo este jugo «agrio» a la vez muy ácido y un excelente protector del hígado y, también, muy eficaz para ayudar a cuajar la leche destinada a hacer requesón y queso fresco.
La limonada, o jugo de limón, es muy rica en minerales y disfruta de numerosas propiedades refrescantes y antisépticas. En la tradición medicinal popular el limón ha sido usado, con notable eficacia, para aliviar las afecciones de las vías respiratorias, las afonías y las inflamaciones de la garganta. Además, el limón regula las malas digestiones y alteraciones diversas del organismo ya que contribuye enormemente a metabolizar las grasas, y neutraliza y elimina las toxinas.
Los antiguos frailes capuchinos solían preparar una confitura excelente con la piel del limón y de la naranja agria. Con la flor de esta variante del naranjo fray Ramón, el popular ermitaño del Pirineo, prepara este tónico aperitivo de probada eficacia: «Cuando se ha perdido el apetito, o se digiere mal, se emplea el cocimiento de corteza de naranja amarga. Se prepara una onza de corteza seca cortada en pedacitos en media azumbre de agua de manantial, y que hierva durante un cuarto de hora. Una vez frío, se cuela y se toma una copita después de cada comida”.
En la tradición terapéutica de los capuchinos el jugo de limón también era aplicado para aliviar las enfermedades biliares: «Una copa de caldo de limón es magnífico remedio para la bilis» (Pócimas de capuchino, 60). A propósito del cultivo del limonero, cabe señalar que es un árbol muy sensible a los vientos secos, siendo un árbol que le apetece mucho el estiércol podrido y que «le conviene humedad, pero no exagerada». De la flor del limonero y del naranjo agrio (lat., Citrus aurantium) se elabora el agua de azahar. Y de la mezcla de la flor de naranjo con melisa se prepara el Agua del Carmen, que es muy eficaz para los desfallecimientos y el mareo.
Fray Valentí Serra,
religioso capuchino y colaborador de Fray Ramón, Ermitaño de los Pirineos